jueves, 19 de abril de 2007

Candil de la calle, Oscuridad de su casa...


Muchas son las preguntas que surgen luego del asesinato de 32 personas, incluyendo al agresor, en la Universidad Tecnológica de Virginia, el lunes pasado.

¿Por qué?, es la gran incógnita de muchas personas… Hoy, hacerse esa pregunta, está de más. Hoy ya no importa el por qué, hoy importa es: ¿OTRA VEZ?

Este hecho de terror, propiciado por jóvenes en los Estados Unidos, no es ninguna sorpresa. Y sonaré dura, pero los norteamericanos ya no deberían de preguntarse el por qué de los hechos, sino más bien deberían de tomar cartas en el asunto…

Lo que realmente me preocupa es darme cuenta que a pesar de todo el desarrollo, de todas las exigencias académicas, todo el progreso y toda la evolución que hemos tenido como sociedad, lo indignante es ver la carencia de valores morales y principios éticos que hay entre la sociedad actual.

Candil en la calle, oscuridad en su casa”… dice un refrán muy famoso… Lo irónico de la historia es que la nación más poderosa del mundo, se “defendió” de un ataque terrorista al invadir Irak, exigiendo respeto por la sociedad norteamericana, pero ¿cómo se exigen cosas que no se pueden dar? ¿Cómo exigirle a otra nación respeto, si ni las personas que radican ahí lo hacen?

Dicen que no se exigen cosas que no se pueden dar, pero también creo que hay cosas que no se piden, como el amor, el respeto, la admiración, la confianza, sino que se merecen…

Por esto mismo, creo que en lugar de preocuparnos por la cabaña del vecino, debemos de preocuparnos antes por nuestra choza…

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