martes, 13 de marzo de 2007

Lo que compra el poder...


La visita del líder de la nación más poderosa del mundo, George W. Busch, causó diferentes reacciones dentro de la población guatemalteca.

Para unos, era motivo de enojo, y para otros, era motivo de satisfacción y altas espectativas. Pero lo realmente sorprendente fue el despliegue humano que conformaba el cuerpo de seguridad del mandatario.

Si esto, causó revuelo, la paralización de las labores diarias de muchos guatemaltecos, y la inasistencia de muchos niños a sus respectivos colegios, fue realmente injusto.

Después de haber sido testigo de este acontecimiento, vienen a mí una serie de preguntas. ¿No es para un país subdesarrollado, como hemos sido tachados, una gran pérdida desperdiciar un día de labores? ¿No es darle espacio a la delincuencia, a aprovechar esta situación para cometer sus fechorías? ¿No es esta medida más perjudicial, que beneficiosa?

Quizás para nuestro mandatario, Oscar “el conejo” Berge, poner en riesgo la seguridad y el progreso de nuestro país es, sin lugar a dudas, menos relevante que la visita de su homólogo estadounidense. Actitud verdaderamente reprobable.

Lo lamentable en este caso, no es sólo que haya sido coartada nuestra libertad de locomoción, sino la rabia que me da es darme cuenta, con esta medida, ceder nuestra soberanía al mendigar “ayuda” por parte de los poderosos.

Este día, quedará grabado en la historia de nuestro país, así como las mil y una frases y propósitos que se pregonaron los actores principales... Lo que hace el poder verdad?...

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